Nota en El Periódico

Entrevista a Rubén canelo, artista plástico
“El papel en blanco es un enemigo intacto”



Con más de 50 años de reconocida trayectoria., Rubén Canelo se ha convertido en una célebre personalidad de la cultura. En su tierra ha sido creador de disímiles obras pictóricas en distintos soportes y sus obras se exhiben en incontables salas tanto del exterior como de la Argentina. Según sus críticos, los cuadros que ofrece “son capaces de provocar sensaciones inconmensurables porque escarban el fondo de la retina expectante llamando a la vigilia imágenes entumecidas por el tiempo”.

“El arte es un mal congénito, nace y muere con el hombre. Usted puede ser abogado, arquitecto, ingeniero pasando por la universidad. El arte usted lo puede comenzar a sentir vibrando dentro suyo desde niño, a través de un palito dibujando en la tierra en el patio de su casa o con un pedazo carbón rayando un muro. Después eso lo va puliendo porque nada viene de regalo sino que es producto del quehacer. La semilla está desde los genes”, interpreta el artista plástico Rubén Canelo.

A sus 80 años, este pintor sanfrancisqueño, recorre su infancia presurosamente y cuenta que a los 5 años ya mostraba indicios que lo iban definiendo como un habilidoso del pincel: “La maestra ya se daba cuenta que tenía algo diferente cuando veía que rayaba el cuaderno de otra forma con el lápiz”.

¿Qué lo mueve hoy, después de tantos años, a seguir pintando?
Cada día es como si fuera el primero y el último. Con el mismo fervor, la misma pasión e intentando pulir asperezas. Tomo como referencia al pintor japonés Hokusai, quien decía que cuando tenía 30 años dibujaba una paloma con 40 líneas, pasado el tiempo bajaba a 30 y culminaba diciendo que el día que haga esa paloma con un punto se sentirá satisfecho.

Entonces usted sigue lejos de ese sentimiento…
El que dice estoy satisfecho ha fracasado. La búsqueda es constante.

¿Qué momentos utiliza para realizar sus obras?
Suelo usar todo el tiempo. Lo puedo hacer por la mañana o la tarde. Estoy durmiendo y mentalmente se genera ese “yo” que no duerme del hombre porque está dibujando o pensando en un color determinado. Es cuestión de prender una luz, levantarse y trabajar. Quizás después de hacerlo me acuesto de nuevo y sigo durmiendo. Lo que mueve el acto creador no pasa por la inspiración.

¿Qué elige pintar, en qué se basan sus obras?
Lo que se me ocurre en el momento, aunque tengo predilección por el rostro de la gente. El ser humano me interesa, el rostro dice mucho de la personalidad, a través de sus ojos, palabras condiciona todo el “yo”. Después, el paisaje lugareño, el caserío sencillo, los paraísos que tenemos o teníamos porque la tecnología nos fue privando de la fauna y flora natural. El chaco santiagueño tenía bosques y montes impenetrables y con el asunto del cultivo de la soja barren con todo esto. Así los famosos pesticidas han hecho desaparecer nuestra fauna y flora.

¿Qué figuras históricas lo motivaron?
Me llega el rostro de un escritor, Shakespeare, por ejemplo. También de Picasso, de Velásquez. Son los fantasmas que nos acompañan para siempre, a través del gran valor de su obra han dejado un testimonio tan rico, un legado del cual el hombre actual debe nutrirse permanentemente. Es una forma de rendir homenajes a estos valores. Leonardo, Quinquela Martín, entre otros.

Hay sin dudas una conexión con otras ramas de la cultura…
Hay un ensamble. Puedo estar dibujando y pintando durante todo el día y escuchar música, que es un amigo que no me exige que lo observe sino que me invade por todos los sentidos y me acompaña a través del sonido. Con las páginas de un libro uno debe ponerse para que esa página le llegue a través del ojo, aquí juegan otros mecanismos. Lo más penetrante es la música.

¿Y cómo la manifiesta en su obra?
Indirectamente mis colores y formas están fusionados en ello. Uno lo pone a veces sin verlo. Una persona me dijo que uno de mis cuadros le recuerda a una música en especial por la gama de colores. Yo no me lo propuse sino que indirectamente el hombre lo selecciona e incorpora y se manifiesta a través del cuadro casi inconcientemente.

Imagino que opiniones de ese estilo son gratificantes.
Claro, porque está compartiendo la lectura de lo que mi alma le propone. El hombre y su obra es un título a medias, hace falta otra presencia, sensibilidad y ojo interior para que dialogue con la obra. Si no siente ningún mensaje, no lo conmueve al ver una obra surge un enemigo implacable: la indiferencia.

Estilo
Canelo ha sido creador de disímiles obras pictóricas en distintos soportes y eso lo ha convertido en un destacado muralista. Aunque es autodidacta de alma y carácter supo vincularse con grandes maestros. Se formó en su juventud con Lino Enea Spilimbergo en Unquillo (Córdoba).Viajó a México y en D.F. integró el equipo de muralista de David Alfaro Siqueiros. Sus obras se exhiben en incontables salas, tanto del exterior como de la Argentina. Ha merecido numerosas distinciones.

¿Qué cosa cree que más llama la atención en su obra: la imagen o la técnica?
Se trata de una combinación. La técnica es un medio, así como la mano es una herramienta ejecutora que obedece los dictados del cerebro y la mente, que puede manifestarse en color o blanco y negro. Eso tiene relativa importancia. El mensaje está en el todo.

Hablando de colores tiene retratos en blanco y negro y también a color. ¿Qué prefiere?
El color es un pretexto. Mi primer amor fue la línea pero transito épocas de mucho color, aunque al final del camino siempre vuelvo a la línea pura. Esta es un homenaje al punto, una línea es una sucesión de puntos. El origen de todo es el punto puro.

Cuándo se siente más contento: ¿en el proceso o al momento de terminarla?
En el momento de terminarla uno se convierte en un espectador más. Durante la ejecución hay una conmoción interior…uno no ve ni siente nada aparte del hecho fijo de realizar la obra. Antes está el pensamiento quizás de cómo va a encarar un papel en blanco, que es un enemigo intacto. Un punto ya lo divide y se puede comenzar con una línea o una mancha, un punto de partida para una obra. Después soy un visitante de ella como lo es usted o el vecino.

¿Ha encontrado su lugar en San Francisco?
No creo en que nadie es profeta es su tierra. Siempre me he sentido aceptado y mimado por mi comunidad. Soy agasajado en forma constante.

¿Tuvo que sortear alguna época complicada?
A mí nunca nadie me molestó ni me impuso nada. Hice exposiciones en la época de la dictadura con temas que hablaban de la agresión de las fuerzas armadas hacia el hombre, por ejemplo, a través de fusilamientos. Si hay algo que simboliza la libertad es el arte.

¿La cultura tiene el lugar que se merece en el país?
Al gobierno no le interesa la cultura, la educación, ni la seguridad. Hasta se permite la falacia de decir que la inseguridad es una sensación, sin embargo es tan tangible, con sólo verlo en la televisión nos damos cuenta de los hechos violentos que existen.


(Gentileza de El Periódico)